Consta en el Fondo Conventual Churubusco del Museo Nacional de las Intervenciones el expediente del curioso caso del aspirante al hábito dieguino, Antonio Muñoz de la Vaquera, quien por padecer una deformidad en su ojo izquierdo, debió comprobar que ésta no implicaba defecto de vista que le impidiera leer el Canon y que tampoco era de tal magnitud que causara ?horror y escándalo?.
Así, el 6 de febrero de 1690, un par de días antes de ser examinado, Antonio entregó al Secretario del Vicario Provincial Fr. Balthasar de Medina, un expediente que contenía un amplio proceso de valoración de su deformidad y en el que el mismísimo arzobispo de México, Francisco de Aguiar Zeijas, con parecer de hombres doctos, declararía que el aspirante no estaba ?[...] incurso en irregularidad alguna por defecto de vista [?]?.
Finalmente, el 20 de febrero de 1690, Antonio recibió el hábito dieguino y no sólo eso, con tan amplia argumentación, había logrado garantizar que, en un futuro, su deformidad no fuera impedimento para el ejercicio pleno de su profesión y para ser promovido en los sacros órdenes hasta el presbiterato.
Tania Arroyo Ramírez
Archivo Histórico del MNI-INAH