Esta mujer es originaria de Querétaro, sobre su nacimiento y muerte no se tiene datos precisos, ya que las distintas fuentes tratan muy poco sobre su vida y entorno social, pues la mención que se hace de ella en los documentos y textos oficiales es prácticamente escasa. Sin embargo, no logró tener una educación básica, pero sí se dedicó a diversas actividades como el hogar, el trabajo en el campo y ejerció distintos oficios. Tuvo varios hermanos y se casó con Miguel Chacón Sánchez.
Llama la atención que a Francisca no le dan el trato de Doña, es parda libre, es decir perteneció a una de las numerosas castas de la Nueva España. Al estallido del movimiento insurgente encabezado por Miguel Hidalgo se adhirió a la lucha armada ejerciendo su papel de seductora de tropa contra los realistas. Esta mulata ejerció su función de espía de los bandidos y procuró el abastecimiento para los insurgentes.
A causa de una denuncia fue detenida por incontinencia incestuosa con su entenado Dionisio Duran de la Huerta, quien ?habiéndose entregado a un sereno no parece en la cárcel?, es decir huyó de la misma. El alcalde ordinario, Joaquín Alonso de Allés, dictaminó que Francisca permaneciera en depósito porque no se había podido encontrar al cómplice. Su proceso se llevó a cabo en Tlalnepantla el 23 de agosto de 1813 y fue sentenciada a permanecer en la Real Casa de las recogidas (Santa María Magdalena). Además, reclamó que su acusador había intentado forzarla para asistir a una reunión ilícita consigo, y cuando lo rechazó, llevó una acusación falsa. Es la única que en su declaración increpó a las autoridades cuestionándolos sobre su encarcelamiento argumentando que no se le había hecho un juicio previó. A inicios de 1820 fue liberada de su reclusión, pues le tocó ver la entrada del ejército trigarante a la capital, el reconocimiento y firma de la promulgación del acta de independencia, y los inicios del México independiente.
Gaspar Hernández Ranulfo
Investigador del MNI-INAH
Imagen: Detalle del Mural "Historia de Michoacán", de Juan O´Gorman, en Pátzcuaro