Desde el punto de vista general, la palabra arte se deriva del latín arte que significa astucia, virtud o disposición de hacer alguna cosa. Su antecedente se inspiró en el carácter divino, materializado en la obra artística y en la fuerza de la naturaleza. Ese todo, en el universo, represento la expresión de la medida con el número y pudo traducir en formas sus trazos. Por eso es una técnica rutinaria que busca conseguir un fin inmediato con la capacidad suficiente para desarrollarlo. Se define como la expresión de la emotividad creadora, pero en sentido concreto abarca todas las esferas de la actividad humana.
En la Edad Media, la masonería se caracterizó por un gremio de artes y oficios, por la protección que recibió tanto de los reyes como de la iglesia, al arte arquitectónico se le denomino Arte Real, el cual estuvo constituido por todas las ocupaciones, a la realización de edificios materiales que levantaron los obreros y albañiles de la construcción durante el periodo referido, los cuales formaron Guildas y cofradías de constructores prácticos. De ahí sobresalieron las especialidades como: la arquitectura a través de su carácter monumental y lo lujoso de palacios, castillos, catedrales y las diversas herramientas de la albañilería; lo escultórico es representado por medio de la rudeza y personalidad de personajes; lo simbológico cuyo carácter son las figuras geométricas, los emblemas arquitectónicos, los objetos religiosos y militares; hasta las letras con la construcción jurídica.
Es hasta el siglo XVIII que esos obreros conservaron las técnicas en uso, el arte, y los signos de la construcción, dándoles un sentido más moral y filosófico, abandonando la enseñanza del arte gótico, para dar paso a las ideas morales, filosóficas y progresistas.
Ranulfo Gaspar Hernández
Investigador del MNI-INAH
Histórico del Breviario Cultural