Mucho de lo que conocemos hoy sobre los pueblos prehispánicos, ha sido gracias a las crónicas y textos escritos por sacerdotes, militares e intelectuales españoles, que llegaron a establecerse en el Nuevo Mundo, así como a notables nacidos en estas tierras, establecida ya la Nueva España. Este fue el caso de Francisco Javier Clavijero, personaje nacido en Veracruz, el 6 de septiembre de 1731, y cuya obra permitió resguardar y valorar la memoria indígena. Debido a que las actividades de su padre les obligaban a cambiar de residencia continuamente, Francisco Javier pudo conocer las condiciones de vida de los nativos, así como sus lenguas, entre ellas, el náhuatl, el mixteco y el otomí, lo que le permitió acercarse a ellos, conocer sus diversas problemáticas y apreciar su cultura. Los primeros estudios los realizó en casa, donde aprendió latín, griego y hebreo, y a la edad de doce años inició su instrucción académica en la ciudad de Puebla para posteriormente, ingresar al noviciado jesuita de Tepotzotlán en 1748, donde se ordenó como sacerdote en 1754. Tras la muerte de sus padres, regresa a Puebla, donde realizó estudios sobre filosofía, teología, derecho canónico e historia. Durante una visita a la biblioteca del colegio de San Pedro y San Pablo, tuvo contacto con documentos prehispánicos originales, que habían pertenecido a Hernando de Alva Ixtlilxóchitl y al anticuario Carlos de Sigüenza y Góngora y que, gracias a sus conocimientos sobre lenguas indígenas, pudo estudiar y descifrar. Por esta labor, fue reconocido como Prefecto de Estudios en el Colegio Máximo de San Ildefonso.
Hacia 1764, fue profesor de filosofía en los colegios de San Nicolás y San Xavier en la actual ciudad de Morelia, al mismo tiempo que realizaba estudios sobre costumbres y escritura indígenas.
El 26 de junio de 1767, debido a los conflictos entre la Iglesia y la Corona, los miembros de la Compañía de Jesús a la que pertenecía Clavijero fue expulsada de la Nueva España por órdenes del rey Carlos III, por lo que tuvo que salir desde el puerto de Veracruz hacia Italia, donde comenzó a escribir su obra cumbre Historia Antigua de México, publicada por primera vez en 1780, donde trató temas sobre costumbres, religión, cultura, vida política y social de los pueblos mesoamericanos.
Su amplia obra sobre las culturas e historia de México fue reconocida en Europa y, en América fue la base para el surgimiento de un nacionalismo que sirvió como base a las primeras ideas independentistas en México.
Francisco Javier Mariano Clavijero y Echegaray murió en Bolonia, Italia el 2 de abril de 1787 y tras una larga búsqueda de sus restos, fue repatriado en 1970 para ser depositado en la Rotonda de las Personas Ilustres, donde permanece.
Norma Elena Rodríguez Hernández
Investigadora del MNI-INAH