Como museo de sitio, el Museo Nacional de las Intervenciones destina su planta baja a ilustrar las actividades que formaban parte de la vida conventual, para ello se cuenta con dos salas cuya intención es recrear el funcionamiento de dos espacios que protagonizaban la vida en aquella época: la cocina y el refectorio.
Representado por diversos objetos históricos como banderas, cuadros, armas y periódicos insurgentes, la sala refiere los aspectos geopolíticos que llevaron a las diversas potencias extranjeras a despertar su interés por controlar el territorio del México naciente.
Contempla pinturas, retratos, objetos y documentos históricos como el Acta de independencia y la Constitución de 1824; la sala explica las dificultades que se enfrentaron durante el proceso de independencia y refleja la importancia y protagonismo de algunos personajes y batallas históricos en este acontecimiento para nuestro país.