La última semana de junio de 1854, fue ratificado en México y Estados Unidos, el tratado de La Mesilla. Mediante este acuerdo, nuestro país se desprendió de poco más de 75,000 kilómetros cuadrados a cambio de una indemnización de diez millones de dólares. Los empresarios norteamericanos pusieron gran empeño en que su nación adquiriera el valle de La Mesilla, ubicado al sur del río Gila, al norte de los estados de Sonora y Chihuahua, por ser un lugar apropiado para construir una línea de ferrocarril que conectara Texas con California. El capitán James Gadsden fue el enviado estadounidense para presentar una propuesta amistosa al gobierno mexicano.
El presidente Antonio López de Santa Anna se encontró en un dilema: aceptar la oferta o negarse a ella, tomar el dinero o enfrentar las consecuencias. La amarga derrota en la guerra contra Estados Unidos era reciente y la experiencia demostró que el país vecino podía tomar por la fuerza fiaquellos espacios en los que estaba interesado. ¿Defender la integridad del territorio o sacrificar otra porción en aras de mantener la paz y las buenas relaciones con Estados Unidos? Las penurias de las arcas mexicanas, los compromisos con los agiotistas que ahorcaban a su administración y el estallido de la rebelión de Ayutla ayudaron al general Santa Anna a tomar una decisión. Juan Nepomuceno Almonte, el representante mexicano en Washington, recibió el 4 de julio de 1854 el primer pago de siete millones de dólares.
Pavel Leonardo Navarro Valdéz
Investigador del MNI-INAH
Imagen: Timbre postal estadounidense conmemorativo de la compra Gadsden.
Diseño: C.R Chikering.
Grabado: A. W. Dintaman. Año: 1953.
Histórico del Breviario Cultural