Tras el sometimiento de Tenochtitlan en 1521, Hernán Cortés, paradójicamente, también
comenzó a vivir un declive en su vida política. Mientras se reconstruía lo que sería la nueva sede de poder, se dirigió a Coyoacán provisionalmente, donde se enfrentó a los que habían sido sus subordinados, quienes ahora exigían una recompensa por sus méritos en batalla, en forma de tierras e indios de servicio. Mas tarde, en octubre de 1524, emprendió la expedición a las Hibueras, hoy Honduras, para someter al capitán Cristóbal de Olid, quien se había rebelado contra su autoridad. En esta expedición, llevaría con él a Cuauhtémoc y otros señores por temor a un nuevo levantamiento en su ausencia, temor que lo orilló a ejecutar a los nobles indígenas el 24 de febrero de 1525. Tras su regreso a la Nueva España, intentó retomar el gobierno de la nueva ciudad, sin embargo, no le fue permitido, pues había sido destituido por orden real y sujeto a juicio de residencia (proceso en el que era expuesto en un lapso de 50 días a que los habitantes promovieran sus quejas o querellas sobre su administración, por cometer robo o delitos de otra índole), además de ser procesado por la muerte de su esposa Catalina Xuárez, sin ser enjuiciado. Para defender su causa, viajó a España, logrando en 1529, ser nombrado marqués del Valle de Oaxaca, almirante de la Mar del Sur y el puesto de capitán general, pero no el de gobernador. En la década de los 30´s, realizó viajes de exploración a China sin lograrlo, además estableció una ruta de comercio de Acapulco a Perú. Hacia 1540, regresó a España y, en esta ocasión, se le prohibió su regreso a tierras americanas hasta resolver su situación jurídica.
Cortés siguió buscando el apoyo de los reyes, dirigiéndoles cartas explicando su situación e insistiendo en la restitución de sus bienes y poderes, pero sin buenos resultados; hacia
1544, se encontraba sin dinero, sin apoyo y enfermo de disentería.
El 2 de diciembre de 1547, el conquistador de tierras americanas, Hernán Cortés, murió en la casa de un amigo, en Castilleja de la Cuesta, cerca de Sevilla.
Norma Elena Rodríguez Hernández
Investigadora del MNI-INAH